No podemos negar que hoy en día los valores están de moda. Los podemos ver en: tazas, paredes, panfletos y cualquier tipo de publicidad de la mayoría de las organizaciones. Tenemos los valores Agile, los de Scrum, Kanban, etc.. Incluso hemos dedicado algún post dedicado a hablar de ellos. Pero ¿Tenemos claro que son los valores?,¿Cómo promulgarlos, honrarlos y cuál es su verdadero potencial?
Tabla de contenido
¿Qué son los valores?
Simplificando pensemos en los valores como una caja llena de creencias. Por ejemplo, podemos pensar en la Amistad, dentro de esa caja podemos meter creencias del tipo: “quien tiene un amigo tiene un tesoro”, “los buenos amigos duran para siempre”, etc.
Cómo veis dentro de esa caja pueden existir múltiples creencias. Depende de las creencias que cada persona haya metido dentro de la caja, se comportará de una forma o de otra. Siguiendo con el ejemplo, si dentro de la Amistad hemos metido la creencia “Los buenos amigos duran para siempre” nos comportaremos distintos de si hemos metido la creencia de “los amigos vienen y van”. Ni que decir tiene, que dentro de esas cajas suelen coexistir creencias que a priori parecen incompatibles. Eso no suele suponer un problema y en general vivimos en equilibrio dentro de nuestro sistema de creencias. Si este equilibrio se rompe, debido a que empezamos a introducir nuevas creencias incompatibles con las anteriores, puede producirse una crisis de valores, un proceso generalmente traumático.
El cómo se genera ese sistema de creencias es bastante complejo, resumiendo podemos decir que se debe al entornos en la que vivimos junto con las experiencias que vivimos.
Pero entonces, cuando hablamos de un valor, ¿Todos entendemos lo mismo?, en general no es así, por ese motivo cuando una compañía habla de valores es muy importante que aclare su significado y más importante aún cómo que indique cómo los honra. Para mi, una de las formas más efectivas de poder transmitir este significado es mediante ejemplos prácticos. De esta forma aclaramos mediante comportamientos la forma en la que honramos dicho valor.
¿Para qué sirven los valores?
El lector más sagaz ya se habrá dado cuenta, pero voy a intentar aclararlo. Los valores nos sirven para tomar decisiones sin necesidad de supervisión o presión social. Por ejemplo, casi todos nos enorgullecemos en público de nuestro compromiso con la ecología, pero si cuando vas en el coche desactivas el star-stop en ese momento estás honrando otro valor, puede ser el Ahorro. Esto podría indicar que para tí es más importante el valor del Ahorro que el de la Ecología. Pero ojo, no quiere decir que no tengas el valor de la Ecología, ya que nos guste o no todos tenemos todos los valores. De este comportamiento podemos extrapolar en ese momento has decidido honrar el valor del ahorro sobre el de la ecología.
Llegados a este punto, podemos ver que si una empresa consigue alinear los valores de sus empleados conseguirá que en general las decisiones que tomen en determinadas situaciones sean coherentes sin necesidad de supervisión. Es decir, podrá delegarles más responsabilidad.
Obviamente, esto no es una tarea sencilla, no basta con publicitarlos hay que honrarlos y trabajar duro para expandirlos. Una de las formas más efectivas para realizar esto es ser ejemplo vivo de dichos valores, no basta con publicitar tus valores, tienes que honrarlos de forma continuada.
Además, tendremos que premiar los buenos comportamientos y castigar los malos. Muchas veces estos buenos comportamientos no irán relacionados con buenos resultados y ese es el reto. Si uno de tus valores es la Transparencia no puedes reprender a un empleado que traslada un problema a un compañero o a un cliente. Si no quieres ese comportamiento en tu equipo, deberás plantear otros valores, o aclarar el significado de transparencia en tu compañía. Cuando existe una discrepancia entre los valores promulgados y los valores honrados se crean tensiones y malos entendidos.
Todo esto irá poco a poco alimentando un sistema de creencias que sustentarán los valores que la compañía quiere. De este modo, cuando alguien tenga que tomar una decisión recurrirá a los valores compartidos, que como hemos visto son cajas llenos de creencias. De esta forma los comportamientos estarán alineados. Esta alineación redunda en una mayor delegación.
El tema de los valores no es sencillo, he intentado simplificarlo al máximo y me he dejado cosas en el tintero. Hay muchos matices a tener en cuenta si realmente deseamos que nuestras compañías se sustenten sobre unos valores. Pero si lo conseguimos tendremos una herramienta poderosísima de alineamiento, tan necesario si queremos poder delegar el mayor número de decisiones posibles.
Comentarios recientes