Esto de la transformación está creciendo a un ritmo increíble. Ya no solo hablamos de transformación digital, también hablamos de la cultural, de la Agile o de la organizacional. ¿Podemos ordenarlas?
Cuando empecé a aprender sobre transformaciones estaba trabajando en una organización que la ordenaba de la siguiente manera:
Para ellos, la transformación digital estaba compuesta de tres partes: negocio, tecnología y cultura. Una vez, estábamos trabajando con un cliente haciéndole una propuesta de transformación donde le planteamos 27 iniciativas de transformaciones de cada una de las categorías. Lo curioso es que, el propio cliente, nos colocó las de cultura en la parte baja del Backlog de Transformación.
A raíz de aquella experiencia, me di cuenta que la cultura adquiere una importancia vital. En aquel momento para mí cultura era Agile, es decir, la transformación cultural que proponía estaba relacionada con introducir Agile en la organización cliente.
Entonces, decidí dar un meetup sobre estos temas y cambiar la manera de visualizar las transformación en esta:
Seguimos teniendo los mismos elementos, pero ahora están ordenadores por capas. Así, sabemos que el core del cambio es el negocio, que se sustenta en un cambio de tecnología y a su vez en la cultura (Agile). Esta manera de ordenarlo nos permite darle mayor importancia a la cultura y explicar que es vital abordarlo.
Con esta idea podíamos ir a clientes a contarle que, si no abordamos la parte cultural no conseguiremos éxito. Una visión parecida nos la brinda nuestro compañero Jose en este post que publicamos hace tiempo.
Llevo varios meses trabajando con muchas organizaciones diferentes sobre cómo están abordando la transformación. La mayoría ya tienen claro que Agile es la clave, sin embargo no termina de funcionarles. Cayó en mis manos el estudio de Frederic Laloux sobre organizaciones Teal y descubrí una manera diferente de mirar a las empresas.
La transformación cultural NO es Agile.
Llevaba tiempo pensando que, el cambio real se tenía que producir desde la libertad de las personas para tomar decisiones. Entonces, aparecen Nacho y Alberto de Jerónimo Palacios y deciden ordenar las Transformaciones de esta manera:
Esta foto me hizo ver la luz por varios motivos. En primer lugar Agile y Cultura son cosas diferentes. A pesar de que Agile es una cultura, no es suficiente porque pone el foco en la entrega de valor pero no pone el foco en la parte cultural de la organización: valores & propósito. En segundo lugar, Agile es clave que esté presente en una transformación digital. Agile les da a las organizaciones digitales la capacidad de ser competitivos, por tanto Agile no es una alternativa. Y por último, la base de todo es tu cultura.
El cambio cultural es un cambio que pocos abordan.
Esta idea la he podido compartir con algunos clientes y, curiosamente, les encaja. Para transformar, antes de abordar el cambio tecnológico, el negocio y el agilismo debemos trabajar la cultra. Una característica curiosa entre la Transformación Agile y la Cultural es que la primera se suele abordar desde los equipos hacia arriba, mientras que la segunda se aborda desde arriba hacia abajo ¡esto cambia nuestra manera de transformar!
Para el Cambio Cultural me gusta apostar por la idea de generar libertad en la organización, para ello lo que necesitamos un propósito noble, crear un sitio seguro y dejar tomar decisiones. Agile no aborda esto, de hecho, necesita de prácticas de Management 3.0 que generen delegación ¡Pero eso no es transformar!
En los próximos meses hablaremos mucho de cultura, el cambio profundo que permitirá a las organizaciones ser más competitivas.
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