Estamos viviendo una nueva ola de Scrum. Los compañías empiezan a querer que sus equipos trabajen de esta manera, están un poco hartos de la manera tradicional de entrega en la que un proveedor les prometía una fecha y luego nunca ocurría.
Hace tiempo compartí una formación con una persona de un banco y tuvimos la siguiente conversación:
- Siempre nos pasa que aparece un proveedor y nos promete 4 meses, luego acabamos pagando un año completo y para cuando acaban ya nadie lo quiere.
- ¿Y eso te ha pasado más veces?
- ¡Muchas!
- ¿Y qué te parece?
- ¡Está fatal!
- ¿Pues tendremos que cambiarlo no crees?
Esta es quizás la palanca que está provocando que las compañías quieran cambiar. El problema de Scrum es su definición: “Difícil de dominar”. Y es verdad, propone ideas contrarias al paradigma tradicional de desarrollo software y nos parecen raras: equipos que se autoorganizan, ruptura de silos en equipos multidisciplinares, inspección del mercado, entrega contínua… ¡Qué diferencia con lo que hacíamos!
Puedes tratar de preparar equipos y trabajar en Scrum, o puedes hacer lo que hacen algunas organizaciones: cambiar Scrum. La idea es simple, como Scrum es difícil decidimos que Scrum es lo que nos dé la gana a nosotros y si alguien nos replica le decimos que es un radical, que lo importante es que el cliente esté contento, ser ágiles, dar servicio por encima de todo y que la filosofía de Scrum es adaptarnos.
Un ejemplo clásico es la Sprint Review. Cuando aprendes bien Scrum descubres que es un evento clave de inspección del incremento para saber si el mercado lo quiere y de adaptación del Product Backlog con lo aprendido. El evento lo conduce el Product Owner y es esencial estudiar el impacto de nuestro producto en el mercado.
Sin embargo, para otros es una demostración que hace el Development Team al Product Owner para que sepa cómo está su producto. Esto es típico en equipos poco maduros (a mi me pasaba) o en equipos que no quieren cambiar. “No hay que ser extremistas, lo hacemos así que lo entiende el cliente”.
Imagina que dices que eres un maratoniano experto, hablas de lo guay que es hacer una maratón, de cómo tu salud mejora y lo orgulloso que estás. Luego vas a eventos a decir que haces maratones y de cómo te ha cambiado la vida.
Un día, alguien va a ver cómo haces las maratones y ve que solo corres 2 Km a lo que tu respondes “¡No hay que ser talibanes de las maratones!” Correr 2 Km no es hacer una maratón, puedes empezar por ahí e ir aumentando pero o llegas a 42 o no podrás ser un maratoniano.
Scrum es muy difícil, pero es que nadie obliga a una organización ni a un equipo a hacerlo. Si quieres hacerlo sigue el framework y la guía Scrum y si no se puede, siempre puedes hacer otra cosa. Decir que haces Scrum porque te interesa económicamente hará daño a tu reputación, a tus clientes y a tus valores como compañía. Debido a este tipo de actitud de cambiar Scrum para acabar haciendo lo de siempre provocan que en algunas organizaciones no se quiera saber nada de Scrum, que se reniegue.
Un compañero me decía que además, se hace daño a las personas que entrevistas. Los mejores desarrolladores quieren trabajar haciendo software con sentido, que resuelva problemas, que ayude a personas, que cambien el mundo. En definitiva, la gente quiere trabajar en sitios donde se hagan bien las cosas, Scrum nos proporciona artefactos para ello por eso es tan importante. Es la mejor manera para gestionar entornos complejos y por eso está cambiando el mundo, el mundo de las personas que realmente abrazan el cambio de paradigma y desean romper con lo viejo. Mi consejo es, no cambies Scrum, cambia tú. Lucha contra la organización, contra los impedimentos y contra tus propias convicciones y miedos, llegarás tan lejos que no volverás a trabajar sin Scrum.
Tabla de contenido
Comentarios recientes